sábado, 5 de junio de 2010

DUALIDAD

I

Albert cada vez me alegro de irme;

Tu mundo es tan complejo.

incomprendido y nostálgico;

penas y alegrías; transitorias,

y sueños truncos.

II

Tesoros ocultos;

que no se desenterrarÓn

amistades pasajeras

indiferencia y orgullo.

soberbias y mentiras.

III

En el paramo inmenso:vienen

espejismos de otra vida;

la soledad y los cambios…golpean el alma;

de quienes se resisten

al salvajismo del sistema.

IV

Hace mucho que dejamos de ser, humanos:

la deshumanización nos gano la batalla …

ya no conmueve el dolor ajeno,

la capacidad de indignarse:

ha desaparecido…

V

Nadie esta conforme,

Sabemos lo que anda mal;

sin embargo continuamos gélidos,

nadie se inmuta; el status quo

debe mantenerse, nos dice; cavernario…

VI

Ya no hay retorno al ayer;

pero el futuro es todavía nuestro…

sin arrepentirnos de lo que no hicimos;

sino pensando en lo que aún podríamos hacer

Los retos no deben asustarnos…

recuperemos el corazón y el alma

el amor a nuestra facultad;

VII

Esto recién comienza compañeros;

una facultad y una generación bien lo vale

abajo el tufillo de arrogancia y desgano

aquí inicia la autentica vida estudiantil.

VIII

Que no lleve al tan anhelado cambio de mentalidad

que la sociedad nos reclama,

aquí inicia el compromiso de quienes

no quieren más de lo mismo.

Compañeros:¡hemos despertado¡…

CASTILLO GAMARRA WILMER. VIII CICLO.

¿QUÉ HABRÍA OCURRIDO CON LAS ECONOMÍAS MUNDIAL Y PERUANA SI EL PATRÓN ORO SIGUIERA VIGENTE?

¿QUÉ HABRÍA OCURRIDO CON LAS ECONOMÍAS MUNDIAL Y PERUANA SI EL PATRÓN ORO SIGUIERA VIGENTE?

La moneda cumple, económicamente hablando, diversas funciones esenciales para la actividad humana; la más básica de ellas es facilitar el intercambio. No existe –y me atrevo a proponer que no existirá– computadora suficientemente capaz de administrar adecuadamente los millones de cálculos que generan los millones de individuos intercambiando, diariamente, cálculos que se realizan a fin de viabilizar el intercambio. Esto es: al nivel más básico, todo individuo que desea sobrevivir requiere intercambiar y para intercambiar requiere valorizar; ergo, es necesario, quiérase o no, poder valorizar –crear ratios de intercambio–. Los Incas, para tomar el ejemplo de una sociedad desmonetizada, intercambiaban bajo ratios de intercambio, formados a través de valorizaciones subjetivas expresadas en el “trueque mudo”, tal como funciona hoy en día cualquier bolsa de valores del mundo.

Dicho esto, la moneda cumple, además, otras funciones esenciales, entre las que sobresalen la de facilitar una unidad de cuenta y fungir como mecanismo de depósito de valor. Dos individuos pueden, ciertamente, intercambiar bienes por bienes; empero, el hombre descubrió el intercambio indirecto –es decir, el uso de la moneda– y facilitó desde entonces sus decisiones económicas.

Al comienzo, la moneda se estableció sobre la base de los commodities con mayor capacidad de mercadeo. El oro y la plata –luego de pasar por hojas de tabaco, semillas de cacao, conchas de abanico y piedras preciosas– terminaron predominando como mecanismos universales de intercambio.

Moneda, Estado e inflación

La relación entre producción y moneda se manifiesta en el sistema de precios. Siendo éste el conjunto de ratios de intercambio entre los diversos bienes, podemos establecer una estabilidad en ellos si se da un incremento en la masa monetaria que se dé acorde con el incremento en la producción total de bienes.

En este sentido, el Patrón Oro tenía como consecuencia la expansión moderada de la cantidad de moneda en circulación, acorde con los incrementos de la producción. Entre 1880 y 1914, lapso conocido como el Período de Patrón Oro Clásico, la mayoría de países estaba adscrita al oro; simultáneamente, se constituyó un período de crecimiento económico sustentado en la libre comercialización de bienes y capitales. Durante este periodo, la inflación norteamericana promedió el 0.2% anual. Eventualmente, con la Primera Guerra Mundial, los estados participantes se vieron incitados a obtener recursos bajo una modalidad más soterrada, tal cual hacían los reyes medievales a través del llamado “señoriaje”.

Estados Unidos, como ilustración de política monetaria, se aleja del Patrón Oro Clásico en 1917; en 1922, bajo el auspicio de la Comisión Cunliffe, los países retornan a un Patrón Cambio Oro, uno en el cual la moneda de cada país ya no estaba atada directamente al oro, sino a una moneda convertible en dicho metal. Este modelo prevaleció hasta la crisis de los años treinta.

Desde entonces, se ha tratado de establecer diversos mecanismos de estabilidad cambiaria; empero, las necesidades de los estados de financiar coyunturas específicas –sean guerras, proyectos políticos o crisis financieras– han hecho de la moneda fiduciaria (léase, una basada en la palabra del Estado) la norma.

¿Regreso al oro?

Diversos economistas proponen, aún hoy, el regreso a un Patrón Oro; la Escuela Austriaca, sin duda, es la principal promotora de dicho desafío. Aunque algunos economistas rechacen de plano la propuesta, la misma invita a una ponderación de los beneficios y perjuicios.

Menor inflación

Si los estados se hubieran suscrito al Patrón Oro Clásico y éste se hubiera mantenido hasta hoy, la realidad económica sería divergente de la actual en varios aspectos. La más obvia sería, sin duda, la ausencia de crisis inflacionarias. El dólar norteamericano de 1913 –año en el que se establece la Reserva Federal con el propósito de mantener el valor de la moneda–, por ejemplo, ha perdido el 95% de su capacidad adquisitiva. En cambio de haberse mantenido las tendencias en el IPC propias al Patrón Oro Clásico, esta pérdida habría sido de tan sólo 22%.

Si bien la evidencia empírica no es concluyente respecto de las consecuencias sobre el crecimiento de tener una tasa de inflación de 3.37% (tasa de inflación promedio anual a partir de 1913) o una de 0.1% (tasa histórica durante el Patrón Oro Clásico), sí lo es entre crecimiento e hiperinflación. Según Robert J. Barro –en un estudio de Panel de Datos de 180 países llevado a cabo en 1996–, cada 100 puntos de inflación están asociados a un decrecimiento económico de 2.5% de PBI.

En el caso peruano, el haber evitado la hiperinflación nos ofrecería un panorama económico, político y social claramente diferente; principalmente, tendríamos una clase media más sólida y amplia, ya que contaríamos con un sector formal y una clase empresarial mucho más desarrollados.

Por otro lado, el sistema financiero –tanto a nivel global como local– sería diferente. Los grandes bancos, en especial, habrían adoptado una conducta más conservadora en la asignación de crédito, puesto que sus expectativas de ser rescatados por el Estado se verían reducidas al no existir un banco central capaz de rescatarlos mediante grandes expansiones en la oferta monetaria; los rescates, por otro lado, seguirían siendo posibles, pero los mismos dependerían de los fondos públicos y por lo tanto estarían asociados a mayores impuestos futuros, lo que incrementaría el costo político del rescate y con ello reduciría su probabilidad de ocurrencia. Asimismo, se habrían reducido los incentivos a la expansión de los bancos hacia escalas consideradas como “muy grandes para caer” (too big to fail, dicho en inglés), por lo que se esperaría un menor tamaño de las entidades financieras.

Las consecuencias de estos cambios en el sistema financiero sobre el crecimiento económico de largo plazo serían ambiguas. En el caso de los países desarrollados las crisis financieras serían menos comunes, pero a su vez se asignaría menos capital a inversiones riesgosas, por lo que no podríamos estimar cuál sería el efecto dominante. En el caso peruano, sin embargo, el sistema financiero sería más sólido: no habríamos sufrido los descalabros inflacionarios, disfrutaríamos de un mayor acceso al crédito externo y, al no existir las crisis cambiarias –las cuales están frecuentemente asociadas a defaults– la confianza en países emergentes sería mayor. Por ello, habría sido esperable un mayor crecimiento en las economías subdesarrolladas.

Consecuencias de economía política

La vigencia del Patrón Oro Clásico habría tenido consecuencias sobre políticas públicas debido a los cambios que generaría en los incentivos enfrentados por la clase política. Por ejemplo, se esperaría una mayor flexibilidad en los mercados laborales. Ello ocurriría debido a que la relación empleo-rigidez laboral sería más sensible, obligando así a los hacedores de políticas públicas a asumir mayores costos políticos como consecuencia de la sobrerregulación del mercado laboral.

Otra consecuencia positiva tendría que ver con la percepción en parte de la población del grado de resultados por meritocracia en las sociedades; esto es, en una economía con baja o nula inflación, los episodios de crisis macroeconómicas serían infrecuentes. Estos episodios, de acuerdo con un reciente trabajo de Paola Giuliano y Antonio Spilimbergo, están asociados a la creencia en el azar como mecanismo explicativo de la riqueza de algunos, razón por la cual se favorecen políticas redistributivas.

Por el lado negativo, Barry Eichengreen y Douglas Irwin sostienen que los países suscritos al Patrón Oro Clásico fueron más propensos a asumir políticas proteccionistas durante la Gran Depresión, ello debido a la inexistencia de la devaluación como alternativa para aplacar a los grupos de interés.

El oro: reserva de valor

Por otro lado, una innegable consecuencia de la vigencia del Patrón Oro Clásico residiría en el ratio del intercambio del metal con el resto de los bienes. En la actualidad, la onza de oro ronda los US$1,150; en las bóvedas de Fort Knox existen cerca de US$300 billones en oro físico; la masa monetaria norteamericana –circulante y depósitos a vista– suma US$1,712 billones. Por lo tanto, el ratio de conversión entre el oro y la masa monetaria norteamericana bajo un Patrón Oro Clásico sería 5.7 veces mayor que la actual; o, lo que es lo mismo, el oro valdría US$6,563 por onza. En otras palabras, se puede volver al Patrón Oro Clásico: sólo habría que buscar la manera más eficiente de hacerlo.

Los opositores del regreso al Patrón Oro Clásico se basan en tres razones y críticas. En primer lugar, sostienen que no existen reservas suficientes de oro para regresar a dicho sistema. En segundo lugar, que debido a las extracciones privadas, el sistema no sería estable. Y en tercer lugar, que el regreso a ese sistema sería muy oneroso.

Las razones expuestas expresan diversos grados de validez. La primera, sencillamente, es inválida: un Patrón Oro Clásico sería viable independientemente del ratio de conversión entre el dinero fiduciario y la moneda respaldada en oro; lo único novedoso sería el ratio de conversión. En cuanto a la segunda razón, es la más sólida de las detracciones, debido a que el inicial incremento en el precio del metal fomentaría la actividad extractiva. Los nuevos descubrimientos generarían shocks en la oferta monetaria y, con ello, episodios inflacionarios no esperados. Ello, sin embargo, constituiría un fenómeno temporal asociado al inicio del proceso de reconversión, razón por la cual esperaríamos que dichos episodios no fueren duraderos. Finalmente, no hay razón para creer que el regreso al Patrón Oro Clásico significaría un costo significativo versus los beneficios de actuar bajo dicho sistema.

A modo de conclusión

La vigencia de un Patrón Oro Clásico habría significado un elemento de estabilidad monetaria y, por consiguiente, macroeconómica, que en la actualidad habría sido muy bienvenida. Estos efectos positivos habrían sido especialmente relevantes en los países subdesarrollados, al volverse la política monetaria independiente de la calidad institucional de sus Estados.

La tarea de los economistas no es sólo explicar lo ocurrido, o tratar de diseñar un modelo infalible de la actividad económica. El mercado, como institución, es un gran ejemplo del orden espontáneo y de la viabilidad de esos modelos. Por ello, no se trata de identificar el sistema monetario óptimo, sino de migrar a aquellos con mejores resultados históricos.

TOMADO DE PERU ECONOMICO EDICION JUNIO DEL 2010 – EDITADO POR LA COMPAÑERA LESLIE PIÑASCA VI CICLO

ALGUNAS CUENTAS PENDIENTES Y TEMAS POR REVISAR A PROPOSITO DE LOS 26 AÑOS DEL CODIGO CIVIL

RONALD CÁRDENAS KRENZ.

1. Bioética y genética

Para empezar, sigue pendiente la regulación de una serie de temas que tienen que ver con los avances de la genética. Piénsese nomás que cuando se hizo el Código se creía todavía que teníamos 100 000 genes y que la clonación de mamíferos era imposible. La primera bebé probeta -Louse Brown- nació en 1978 en Inglaterra y a la fecha hay ya más de 3 millones de bebés probeta. Hoy sabemos, además, que tenemos 30 000 genes, se han donado ya varias especies y hasta hemos creado cabriovejas, pollos tratados genéticamente para nacer sin plumas, moscas sin alas, cerdos luminosos o perros fosforescentes. Por otro lado, conocemos hoy nuestras estrechas similitudes con otros seres y en algunas partes hasta se producen hoy en día “bebés a la carta”.

Ya en los 80 se hablaba de la genética, pero para analizar el tema, es hacia la bioética hacia donde debemos mirar. Esta nueva disciplina aparece en los años 70, pero sobre todo en los últimos tiempos ha tenido avances extraordinarios y hasta contamos desde el año 2007 con una Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO.

2. ¿Son los animales sujetos de derecho?

En los últimos tiempos, el extraordinario desarrollo de la ecología, ha hecho que, a fin de proteger mejor a los animales, haya una corriente cada vez más fuerte para reconocer derechos a los animales. Sin embargo, vale precisar que no es necesario distorsionar el concepto de sujeto de derecho para proteger a los animales, ni pretender -como dice el australiano Peter Singer- que un animal es más persona que un niño recién nacido.

Los animales merecen respeto por lo que son, sin necesidad de tener que humanizarlos para ello. Nadie puede atentar contra los bienes religiosos, los restos arqueológicos de Machu Picchu o la bandera nacional sin que tengamos necesidad de considerarlos sujetos de derechos. Y es que hay deberes que tenemos por nuestra propia condición de ser humanos, sin necesidad de que haya al frente una persona de por medio.

3. Inicio de la vida

Los retos del Derecho de las Personas y de la Bioética comienzan con el tema de los derechos del concebido. Algunos autores han pretendido en estos 25 años, hacer una forzada distinción entre fecundación y concepción para pretender justificar la manipulación de embriones, distinción que es completamente ajena al espíritu de los autores del Código Civil de 1984, la Constitución de 1979 y la de 1993.

Por otro lado, nuevamente para pretender justificar la manipulación de embriones, se ha pretendido introducir el concepto de pre-embrión, como un burdo recurso lingüístico, cuya falsedad lo ha reconocido la propia autora del término: Anne McLaren y cuyos tercos corifeos repiten mecánicamente.

4. Origen de espermatozoides, óvulos y embriones

Muchas clínicas ofrecen hoy en día tratamientos frente a la infertilidad, pero nadie sabe de donde se sacan los espermatozoides ni los óvulos que se vienen utilizando. Aquí vale la pena preguntarnos qué medidas se están tomando para evitar que una misma persona vaya a uno y otro centro dejando su semen, como una nueva y preocupante forma de ganarse la vida. ¿No debería haber acaso algún tipo de registro para evitar que un hombre vaya dejando sembrados infinidad de hijos?. ¿Quién controla los bancos de embriones?. ¿Cómo es posible que haya clínicas que hoy ofrecen abiertamente la selección de sexo del hijo si la Constitución prohíbe la discriminación? Ello sin contar con el problema actual del diagnóstico preimplantacional para desechar los embriones defectuosos, considerando bárbaramente como tales a los que tienen síndrome de Down o autismo, privándoles del derecho a la vida, restaurando viejos y condenados criterios eugenésicos.

5. Fin de la vida del concebido

Un tema en el que sí hay un vacío en la legislación es todo lo concerniente a la muerte del concebido. Pensemos en cualquier caso de aborto que por causas naturales o razones “eugenésicas” se dé lícitamente, ¿Qué sabemos del destino que se le da a tales seres humanos abortados?, ¿No tienen los padres el derecho a pedir el cadáver del concebido fallecido para enterrarlo?. Este es un asunto que se pierde en el más absoluto misterio, siendo interesante anotar aquí que en Francia ya se permite el registro del concebido no nacido, incluyendo su propio nombre, en el registro civil.

6. Más sobre el concebido

Cuestión de menor importancia es aquello de que el concebido es sujeto de derecho para todo cuanto le favorece, pues nos preguntamos si para algo no le favorecerá al concebido ser sujeto de derecho, salvo que digamos que si un bebe está en gestación y necesitamos comprarle alguna vitamina no estamos obligados a pagar el IGV. El concebido es sujeto de derecho y si bien la atribución de derechos patrimoniales está condicionada a que nazca vivo, ella es una condición resolutiva, y no suspensiva, como señalan diversos autores, debate que por razones de tiempo, dejamos para otra ocasión.

7. Capacidad de goce y capacidad de ejercicio

No podemos dejar de señalar que en cuanto a la capacidad de goce y de ejercicio, todavía tenemos varios asuntos pendientes y las opiniones no han sido unánimes. Dice el art. 3 que toda persona tiene el goce de los derechos civiles, la pregunta es aquí si ello es exacto o no. Un niño, claro está, no puede casarse, pero la pregunta técnica es ¿por qué no?, ¿porque se trata de un caso de falta de capacidad de goce, de falta de capacidad de ejercicio o de una simple restricción legal? ¿y qué pasa con el casado?, ¿con el matrimonio se acaba nuestra capacidad de goce? Este es un tema en donde la doctrina nacional está dividida.

8. Derecho a la integridad psicosomática y derecho a la dignidad

Ya la doctrina y la Constitución han corregido la omisión del código en su art. 5 al hablar de integridad física, pues existe también la integridad psíquica y moral, pero hay otras cosas que quedan todavía por desarrollar, como cuando por ejemplo se pretende, al amparo indebido de la libertad, justificar lo injustificable, o cuando la dignidad humana se ve autorebajada a niveles mínimos. Vemos, por ejemplo, en Internet, avisos en donde la vida, la dignidad y la integridad moral se pierden en el ciberespacio y nos encontramos con casos como Portugal, en donde chicas de 14 años, obsesionadas como por estos lares con el tema del celular, no dudan en hacer lo que cualquiera desee ante la cámara de la computadora a cambio simplemente de que le carguen el celular. Por otro lado, vemos avisos de mujeres que venden sus óvulos, hombres que venden sus espermas y hasta niños que se ofrecen como productos de mercado.

9. Tecnología y derechos fundamentales

Este punto nos lleva al tema de los retos que nos plantea el vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías en este último cuarto de ciclo: En la China y en la India se han tenido que prohibir las ecografías porque mucha gente se aprovechaba de ellas para abortar a sus hijas mujeres, por considerarlas menos útiles que los hombres. Por otro lado, en Egipto se han prohibido los celulares en los gimnasios por cuanto había gente que se paseaba tomando fotos por los vestidores para después venderlas y todo ello sin mencionar las agresiones a nuestra intimidad a través de los satélites o de los simples lapiceros espías que a cualquiera de nosotros se los ofrecen barato en Internet.

10. Disposición del cadáver

Dice el Código Civil que a falta de declaración hecha en vida, corresponde al cónyuge del difunto, a sus descendientes, ascendientes o hermanos, excluyentemente, decidir sobre la necropsia, la incineración y la sepultura. La pregunta es, ¿y que pasa si los cónyuges están separados desde hace 10 años? ¿Adónde mandaría una esposa (o el marido) a enterrar al cónyuge infiel que la abandonó?.

11. Derecho al nombre

En cuanto al nombre, cuestión pendiente es volver a revisar el artículo 33 del Reglamento de inscripciones del RENIEC a fin de evitar que los papás pongan a sus hijos nombres denigrantes, como viene ocurriendo actualmente. En verdad, el registrador tendría todo el amparo constitucional para oponerse pero como no tiene norma expresa que lo ampare, suele mantener -indebidamente- una actitud resignada.

Dice el Código Civil que el hijo debe llevar el primer apellido del padre y el primero de la madre y nos preguntamos porqué no más bien dejar abierta la posibilidad de invertirlos o de que el hijo al alcanzar la mayoría de edad, como es en España, pueda decidir invertirlos.

En lo que sí hemos maltratado al código civil es en el cambio que se ha hecho respecto al nombre del hijo extramatrimonial, pues con la modificación hecha mediante la ley 28720, en estos momentos una persona puede ir al registro y decir que el padre de su hijo es Brad Pitt, Cristiano Ronaldo o Barack Obama y el registrador tendría que anotarlo. Claro que la ley dice que hay que notificar al supuesto padre, pero no dice como se paga ello y tenemos que hoy en día los registradores civiles están publicando el aviso nada menos que en un panel en su misma oficina, o sea que si alguno de los presentes quiere saber si a alguna persona se le ha ocurrido poner su nombre como supuesto padre de su hijo, habrá que estarse recorriendo todos los días las municipalidades para ver si uno se entera.

Un tema en donde existen vacíos interesantes, es en el caso del apellido de la mujer casada. Se ha resaltado con razón que la mujer no tiene obligación de llevar el apellido del marido y, si lo hace, no tiene porqué usar el posesivo y decimonónico “de”, pero también es verdad que el código dice que la mujer tiene el derecho de llevar el apellido del marido sin precisar si es solo el primero o los dos; dice que puede llevarlo agregado al suyo, pero no dice exactamente donde y, entonces, tendríamos que si, por ejemplo, Sandra Muente Rodríguez se casara con Luis Suárez Vertiz, podría usar los siguientes nombres:

Sandra Muente Rodríguez

Sandra Muente Rodríguez de Suárez

Sandra Muente Rodríguez de Suárez Vertiz

Sandra Muente de Suárez

Sandra Muente de Suárez Vertiz

Sandra Muente Suárez

Sandra Muente Suárez Vertiz

Sandra Muente Rodríguez Suárez Vertiz

12. Homonimia y derecho al nombre

En cuanto a este tema, para dar una idea del problema de la homonimia, debemos decir que en el Perú oficialmente hay más de 110 Juan Mamani Mamani y para enfrentar esta situación hay algunas medidas inmediatas que podría tomarse, como por ejemplo, que el RENIEC facilite un acceso gratuito para que cada ciudadano sepa en el acto cuantos homónimos tiene, facultar al RENIEC para dar el Certificado de Homonimia con valor legal (en vez del Poder Judicial); en el caso de los ya inscritos menores de edad, informarles cuando saquen sus DNI cuantos homónimos tienen; en el caso de los recién nacidos, establecer la obligatoriedad del registrador de informar a los padres si el nombre con el que desea inscribir a sus hijos tiene ya homónimos; entre otras medidas.

13. Consideraciones adicionales

1.- Creo que le debemos al Código Civil una ley que regule algunos aspectos de la reproducción asistida, evitando por ejemplo la absurda posibilidad de que una persona deje ordenado en su testamento que se utilice su semen post mortem para atender el capricho post mortem de tener un hijo, con total irresponsabilidad.

2.- Debemos dar una ley de protección de datos personales, respecto a lo cual existe ya un proyecto en el Ministerio de Justicia presentado poco antes del inicio del presente gobierno.

3.- Reforzar el principio del respeto a la autonomía de la voluntad de la persona a la hora de hacer cumplir la voluntad de donar sus órganos consignada en su DNI.

4.- Estar prevenidos contra quienes quieren establecer la clonación terapéutica, la cual es antijurídica no solo por ir contra la Ley General de Salud sino también contra los derechos fundamentales del ser humano.

5.- Le debemos al Código Civil la regulación del testamento vital, para que pueda una persona, estando en cabales condiciones, decir si quiere que le prolonguen artificialmente la vida o no, de encontrarse en estado inconsciente producto de una enfermedad terminal.

6.- Prohibir el incremento de los bancos de embriones, estableciendo que se creen in vitro solo los embriones que van a ser usados de inmediato por la madre.

7.- Revisar el tema de la responsabilidad de los menores de edad.

8. Revisar la figura del pródigo que, tal como está concebida, atenta contra el derecho a la Iibertad y peca de paternalismo.

9. Finalmente, aunque la norma pertenece al Derecho de Familia, tiene relación directa con el derecho a la identidad: Habría que revisar la presunción pater ist, pues parecería no ajustarse a los tiempos actuales, teniendo en cuenta la posibilidad de recurrir al ADN para determinar con certeza la paternidad. Cabe decir aquí que algunos jueces están ya resolviendo obviando dicha principio, pero ello resulta atentatorio del orden establecido que, al menos mientras no se cambie la norma, debe respetarse.

Estas son solo algunas propuestas, de entre otras consideraciones que sería conveniente tomar en cuenta.

Para el efecto, es fundamental seguir promoviendo eventos académicos de análisis y debate, como suelen hacerlo el Ministerio de Justicia y diversas universidades, además de continuar por cierto con los estudios doctrinarios y el desarrollo de la jurisprudencia, que han permitido enriquecer el código con conceptos como el derecho al consentimiento informado o el daño al proyecto de vida, sin dejar de mencionar el derecho a la identidad incorporado vía constitucional, al amparo del cual debería establecerse como consecuencia lógica, por ejemplo, el derecho del adoptado a conocer sus orígenes. Empero, estas son cuestiones que deben profundizarse en otros eventos.

EDITADO Y RESUMIDO POR LOS MIEMBROS DEL CENTRO FEDERADO

QUIEN LO HUBIESE DICHO EL DIRECTOR DEL FMI EN SAN MARCOS

Muchas cosas han cambiado en la economía peruana y mundial desde fines de los años setenta hasta ahora, y algunas son muy sorprendentes.

La cotización del dólar ya no sube sino que baja; ahora es mejor ahorrar en soles que en dólares; ya no hay cursos de ‘deuda externa’ en las universidades; la mayoría de economías de América Latina se maneja con más responsabilidad que varias europeas; y Alan García dejó de ser un troglodita económico que imprimía billetes y gastaba sin medida ni clemencia, ponía controles de precios, cuya hiperinflación era de 40% al mes, y quería estatizar bancos, para volverse converso fanático del mercado y garante principal de las inversiones frente a las amenazas heterodoxas que él antes encarnaba.

Pero tan sorprendente como todo fue ver hace poco al gerente del FMI, el francés Dominique Strauss-Khan, en la Universidad de San Marcos para sostener un debate abierto con universitarios de distintas partes del país y de América Latina, quienes le plantearán sus inquietudes.

Quizá no lo sepan algunos de los jóvenes pero San Marcos en los años setenta y ochenta, el FMI era, para la mayoría, un anatema, encarnaba el monstruo a combatir. Hasta Javier Silva Ruete declaró –en su condición de ministro de Economía– que la representante del FMI, Linda Koening, era persona non grata y debía abandonar el Perú.

Hoy ya no queda casi nada de eso. La influencia del FMI en la política económica del Perú es baja porque su ‘condicionalidad’ ya no es requerida como hace tres décadas, y el gobierno peruano hasta le otorga recursos para que los preste.

Este cambio ha sido consecuencia de muchos fracasos que enseñaron bastante a gobiernos como el peruano y al propio FMI, y los hicieron replantear visiones sobre la economía.

Al igual que muchas economías latinoamericanas que han dado un vuelco total en sus enfoques económicos, el FMI también anda en busca de un nuevo rol en el marco de una economía globalizada en donde las ideas predominantes han cambiado mucho aunque los problemas de fondo –como el de la pobreza extendida– todavía sigan estando al tope de la agenda pendiente en el Perú y en la región latinoamericana.

Strauss-Kahn respondió las inquietudes de los universitarios, cuánto ha cambiado el FMI. Pero ver a su director gerente entrando a la Universidad de San Marcos sin que los alumnos le tiren piedras, fue como cantaría Joaquín Sabina, como ver a Trotsky en Wall.

TRUJILLO NAVARRO ADRIANA IV CICLO